jueves, 11 de marzo de 2010

Dragon Dorado

Cuando todos pensaban que todo estaba perdido y que simplemente ella se dejaría morir. Estaba cansada ya de luchar y el dragón estaba venciéndola. De pronto una figura masculina, la de un caballero, se acerco a ella y se sentó a su lado dispuesto a contarle algo. Entonces le conto como dejar de luchar y como él, con mucho trabajo igualmente, había logrado poner a aquel temido dragón de su lado y sacar frutos de este. Es simple mi amada, el dragón buscara la forma de quitarte todo, incluso la vida. En ese momento es cuando tienes que mostrar desinterés sobre él, tienes que fijar la vista en todo eso que lo alimenta. Ir a buscar eso que el dice y demostrarle lo contrario, enseñarle que solo dice blasfemias. Crece! agarra ese miedo y aférrate y crece de él. Tu dragón será dorado y el dragón oscuro solo tendrá opción de retirarse, contra ti no puede.

jueves, 25 de febrero de 2010

Amanecer

La noche era oscura y había estado corriendo durante mucho tiempo. Freno por un instante, al ver lo que estaba ocurriendo, agitado, hambriento y sediento se dejo caer al suelo. Siempre mirando hacia el norte. A lo lejos se veían, apenas, las primeras claridades de un amanecer, el sol estaba saliendo del este e iluminaba las copas de los arboles. Recordó el dicho del viejo… Siempre es mas oscuro antes del amanecer, y así fue. A lo lejos entre la oscuridad y los dorados rayos del sol naciente se veía una silueta. Esta también mostraba signos de cansancio. Era una silueta esbelta y de figura femenina. Era ella.


Luego de la oscuridad el sol asoma en el horizonte y da comienzo a un nuevo día, una nueva oportunidad.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Volviste a confiar en mi y viste que no mentia


Corriendo corriendo.. encontró en el camino un pequeño canal, donde corría agua. Se acerco a beber. El agua era salada... Reconocía ese gusto, un doloroso dolor ataco su vientre, angustia.
Eran lagrimas... Las lagrimas del hada.. Salió corriendo, siguiendo el camino que marcaba el agua. Llego a un claro y la vio a ella, apachuchada en un rincón, sentada en el piso, llorando. Se acerco hacia ella y despacio la abrazo y le beso la cabeza, la había encontrado, no en la situación que hubiera querido él pero, estaba ahí, juntos otra vez, abrazados.
Ella estaba triste y el estaba nuevamente a su lado para cuidarla y reconfortarla. Varias horas pasaron abrazados. Cuando el hada dejo de llorar, lo miro, se aparto suavemente y se paro. El caballero quedo atónito, por la reacción del hada. - Sigo con mis miedos, no quiero que me vuelvas a lastimar, no quiero todo eso otra vez- Decía el hada nuevamente entre sollozos. - Esta vez nada será igual a eso, esta vez estoy aquí para no irme jamás, te busque por cielo y tierra, tarde en salir corriendo detrás tuyo, pero acá estoy, acá nos tenemos. Confía en mi, esta vez no te voy a defraudar. Esta vez todo será diferente. Te Amo TaTu. Vas a ver que todo puede ser mejor que antes, miremos al presente y al futuro, dejemos que el pasado siga ahí donde está, en el pasado-. El hada se lo quedo mirando, con cara de miedo y duda, ella quería estar con él, sabía que era feliz a su lado, pero el miedo la estaba acorralando. Pero ahí estaba el para no dejar que el miedo gane.

domingo, 31 de enero de 2010

El mensaje


Pasaban las horas y el caballero no encontraba un rastro seguro. Desidia dejar de mirar y se dejo llevar por un camino. Pasaron varias horas cuando había llegado a un claro. Era inexplicable lo que estaba viendo, el claro estaba completamente lleno de pétalos de fresias, había signos de una evidente lucha, dio varios pasos hacia el centro del claro y se sentó, no esperaba lo que estaba por pasar. Se mantuvo un rato en silencio cuñado escucho chillar unas ramas a su derecha.  No mostro signos de miedo, esperando el momento justo para reaccionar sobre lo que se acercaba. Para su asombro de entre la maleza salió el conejo, estaba herido pero seguía tan vivo como siempre. No dudo ni un segundo y salió corriendo a recibirlo y a atenderlo. - ¿Que te a pasado?- Con miedo preguntaba el caballero al conejo. - Recuerda, solo recuerda mis palabras cuando por primera vez te dije quien era yo, recuerda que tu también estas herido, pero como tú, estoy herido pero mis ganas y mi corazón me empujan a seguir- El caballero recordó y pesadamente agacho la cabeza y se lamento ver a su amigo en ese estado, sabía que el también estaba así, pero no lo quería demostrar.- No te preocupes amigo, no estoy herido de muerte, es una herida que nos acompañara por el resto de nuestras vidas, pero los dos sabemos que puedes vivir con ella y que de algún modo tenemos las fuerzas para reponernos y como ahora, tener las fuerzas para seguir luchando- Le dijo el conejo simplemente con tono de seguridad. Al rato de estas charlando sobre las cosas que le estaban sucediendo tratando de volver a conquistar al hada, dándole, costosamente, el tiempo para que piense sobre sus sentimientos.
La charla se vio interrumpida por un estruendo a las espaldas de los dos. Al darse vuelta vieron a un viejo tirado en el piso boca abajo. Corrieron hacia el al darse cuenta que era el viejo. Lo ayudaron a levantarse y no dio tiempo al lado cuando algo así como palabras salieron de la boca del viejo. -Viene hacia aquí- Al escuchar eso el caballero sintió que su corazón salía de su cuerpo, que la panza se llenaba de mariposas, pero no duro mucho tiempo cuando siguió escuchando lo que decía. - No me mires así, no es ella, es un mensaje de alguien cercano a ella- Paso un rato cuando quedaron callados y apareció. Era un ser de una estatura mediana, podríamos decir que quizás era un elfo, ser que era encargado muchas veces de enviar mensajes importantes, pero no lo era. No se dejaba ver el rostro ya que tenía una túnica que lo recubría por completo. Apareció por el lugar menos esperado y se acerco suavemente al oído del caballero. - No sé qué paso, pero sé que ella aún te ama, no bajes los brazos, no hasta que no tengas más oportunidades y siempre que exista el amor entre ustedes dos va a existir una oportunidad.- Termino de decir eso y como por arte de magia se desvaneció... El caballero quedo atónito por creer reconocer esa voz, esa voz que jamás pensó que diría eso... Y se echo a correr por donde creía que se había ido el hada.

martes, 26 de enero de 2010

Esperando



El caballero sostenía a la dama con sus manos. De repente la mujer se empezó a desvanecer hasta lograrlo por completo. El caballero se vio inundado por una angustia incomparable. A lo cual subió la frente y miro hacia adelante. Allá estaba, parada mirándolo. Se dio media vuelta y se echo a correr nuevamente. El se dio cuenta que seguía con esa mirada de odio y un orgullo la inundaba. Comprendió que no tenía que lograr alcanzarla, sino correr desde cierta distancia, que ella cuando quisiera se daría vuelta y le hablaría. Ella ya sabía que él estaba ahí, pero necesitaba pensar lo que el hombre ya había pensado y ya había decidido, si deseaba que estén juntos, por algo el caballero seguía ahí, esperando jugársela, esperando una respuesta de ella. El seguiría ahí, esperándola.

domingo, 24 de enero de 2010

Mirame a los ojos y dime la verdad, que me amas


Corría y corría y ninguno bajaba la marcha. Se había echo de noche y ya no la veía, pero podía escuchar las pisadas de ella y cada tanto, cuando los dos frenaban para tomar aire, podía llegar a escuchar su respiración.


Era entrada la noche ya, cuando ya no la escucho mas, corrió y corrió, pero seguía sin escucharla. Donde estará? Qué pasó? El caballero entro en desesperación, miraba para todos lados y no la veía, no encontraba rastro alguno, como si se hubiera ido volando. De repente un hilo de escalofrió recorrió el cuerpo de este y vio dos esferas amarillas brillar en la noche oscura. Seria verdad? Frente a él se encontraba un dragón inigualable. Sin miedo a nada, dio unos pasos y freno al ver quien montaba a la bestia. Era ella, sus ojos estaban en vidriados. El caballero respiro hondo, cerró los ojos, mientras escuchaba el jadeo de la bestia. Recordó las cosas buenas que habían pasado juntos, todas aquellas cosas que en peleas anteriores había pasado por alto y que hoy le daban fuerza para luchar contra el dragón.  Abrió los ojos, miro a la bestia a los ojos, agarro por la empuñadura la espada, puso el filo apuntando a la bestia. Y para asombro tanto de la bestia como de la dama, el caballero soltó la espada. Sin dejar de mirar a los ojos al dragón, el caballero introdujo su mano en un bolso que llevaba al hombro . Pasaron algunos instantes y el caballero hablo mientras dejaba descubrir que era lo que buscaba en ese bolso. - Luche contra dragones del pasado y quizás del futuro, en su momento les gane, hoy pasas tus días odiándome y callando tu amor por mí. El dragón que tienes debajo tuyo al que le di vida yo, sé que no le puedo ganar, quizás con el tiempo descubras que puedo hacer que sea parte del pasado y no sea un temor en el presente. Pregúntate esto. En quien piensas al despertar y extrañas al no amanecer al lado suyo? Quien es aquel que extrañas a la tarde cuando no tienes distracción? Solo piensa a quién quisieras escuchar decir buenas noches antes de dormir y sentirte protegida, como alguna vez te sentiste, antes de conciliar el sueño?  A quien amas? Me dirás que prefieres buscar todo eso en otra persona, que alguien te amara aunque tú no lo ames, cuando sabes que el amor se siente por una sola persona en la vida. Que solo hay una sola persona en el mundo que puede amarnos. Te amo y tú me amas. Es mejor perdernos que luchar, aunque hoy no te encuentres con la fuerza, por amo?r. Hoy estoy yo para luchar por los dos, como un día luchaste tu sola. El tiempo puede cambiar a las personas, puede curar una herida en la piel, pero no cambiara nuestro amor. Recuerda cuántas vidas pasamos juntos? Cuantas veces se pierden batallas antes de ganar la guerra-.  Despacio el caballero saco una rosa seca, dos anillos de plata y un medio corazón. - Los recuerdas, el tiempo no hace que la rosa pierda belleza, aun la conservo porque en ella existe amor. Recuerdas este medio corazón que un día me diste, aun lo conservo porque sé que la otra mitad la tienes tu, por más que sea un símbolo, representa la realidad, dos partes que solo tienen un compañero en el mundo, puedes hacer miles de intentos, pero jamás encajara con otro, lo sabemos. Recuerdas los anillos, aun los conservo, están ahí esperando, sabiendo que no son olvidados. Un compromiso que un día rompí, pero del que no me arrepiento y el cual todavía puedo cumplir, porque por más que callé un día o lo negué por miedo, te amo y si hoy me tienes frente a ti es porque crecí, aprendí y acá estoy para hacerme cargo y vivir junto a ti recordando un mal momento, un error al cual no puedo escapar, pero si sé que puedo hacerte feliz. La mujer irradiaba odio, odio porque el caballero había tardado en reunir coraje para demostrar el amor que un día necesito ella y que aun necesita, sabía que él había estado ahí, observando desde lejos y que miles de veces intento acercarse pero tropezaba en el intento. Sabía que nunca es tarde pero el odio y el miedo la hacían enceguecer su amor. El caballero siguió mirando a los ojos a la mujer y le dijo. - Dime si en realidad esa angustia no es porque volví y no me quieres creer que volví a ser el de antes, que no solo te puedes quedar con palabras de discusiones. Dime que no me amas, no importa si igual o no que antes, que no me amas y me iré. Dime que no existe en ti un pequeño sentimiento de querer ser feliz junto a mí. Dime que  me valla y me iré, pero no uses la cabeza, usa el corazón, por mas lastimado que este, me amas? No lo calles. Te Amo.


Un silencio recorrió el claro y el cuerpo de la mujer sufrió unas leves convulsiones, su cuerpo y su mente estaban en  lucha. El caballero al ver esto corrió a su lado y la abrazo fuerte y las convulsiones cesaron. Se encontraba junto a ella, su cuerpo estaba relajado y el dragón... el dragón seguía ahí pero quieto expectante a alimentarse del  miedo del caballero. Al ver que este no le temía el dragón sufrió un cambio. Mientras se retiraba para quedarse a un lado, perdió su dentadura feroz, sus garras cayeron y su mirada atemorizante se perdió en el infinito, aun estaba ahí pero ya no podía hacer nada.


El caballero, mientras abrazaba al hada, acomodo los cabellos de esta en su rostro y la miro a los ojos -Te amo, déjame que te proteja, sabes que lo puedo hacer, no te pido que te dejes caer, ya sabes volar, déjame que arregle mi error y te demuestre que vale la pena amar- La mujer quedo callada y el hombre mirándola a los ojos encontró la respuesta, sabía que ella quería eso, estar con el, pero necesitaba que lo diga, siguió mirándola a los ojos color café.


jueves, 21 de enero de 2010

El horizonte y el recuerdo



El caballero corría y corría. Por momentos se sentía angustiado ya que ella no giraba ni por un segundo a ver si el seguía detrás de ella. Pero mentalizado el caballero respiraba profundo y seguía insistente al correr, quizás por las ganas de llegar junto a ella o por ser la realidad se sentía mas cerca. En plena carrera, en plena angustia recordó el momento en que decidió resucitar, que se sentía plenamente fuerte.
Se encontraba frente al mar, solo, era de noche. El viento soplaba y su cuerpo se sentía afiebrado. Sin pensar en esto, se sentó, miro a lo lejos y observo el mar y las luces de los barcos que adornaban el paisaje. Cerró los ojos y miro hacia sus adentros. Recordó momentos, cosas. Recordó hasta donde había viajado por amor, locuras que había hecho, errores que había cometido. Sintió otra vez miedo, sentía amor por aquella mujer, miles de veces había luchado, quizás de tantas luchas se había agotado, o quizás no sabía cómo luchar. Recordó las luchas, recordó que luchaba sin parar, recordaba que al principio los dragones caían y el vencedor era él, recordó que con el tiempo los dragones eran cada vez más grandes y el se sentía cada vez más pequeño. Entonces recordó que un día el miedo lo había superado, que en vez de mirar a los ojos a su oponente, había mirado al piso, había sido lastimado en ese momento en el corazón, aquella herida mortal que le había echo perder la conciencia y había caído desmayado en plena lucha. Recordó tantas cosas buenas y malas. Recordó los ojos color café de ella, esa mirada sincera. Por un instante los pensamientos se nublaron, como si perdiera el conocimiento, como si se desmayara. Respiro onda y siguió recordando. Recordó Todo. Abrió los ojos y casi era de día ya, el sol se asomaba ya en el horizonte y bañaba el mar de dorado. Habían pasado varias horas desde que se había sentado ahí. Sentía paz. Se sentía fuerte. Abrió los ojos por completo se acercó al agua y miro su reflejo en el agua cristalina, vio un brillo en su rostro. Corrió y se miro frente a un espejo. Sus ojos habían vuelto a la normalidad, su peculiar espiral estaba otra vez allí, mas remarcado que nunca. Reconoció el porqué, ya no lo podía ocultar mas, sabía que era lo mejor. Se dio media vuelta y se echo a correr en busca del porque el espiral. Ella lo esperaba, él sabía que tenía que buscarla. Era el amor de su vida. Él lo sabía, como un día se lo había comunicado en un sueño el abuelo de ella. - Es la indicada, nadie te amara como ella y nadie la amara como tu- Fueron recordadas las palabras en la mente del caballero. Cerro los puños, estaba decidido, sabía lo que tenía que hacer para recuperarla y sabia que dentro de ella habría una lucha interna, pero estaba convencido que el amor que sentían ambos, los volvería a unir, eternamente, como alguna vez se habían prometido debajo de una luna llena.
Miro al frente, la mujer lo estaba mirando, pero volvió a salir corriendo, nuevamente en dirección contraria a él. - Espera, te extraño- fueron las últimas palabras del caballero antes de volver a correr detrás de su amor.

miércoles, 20 de enero de 2010

Correr hacia lo que amas.



En una loma miraba hacia su alrededor. Donde ir, donde estará, qué camino seguir. Hoy que se sentía más fuerte que nunca, que dejo de lado su armadura. Miraba para todos lados y sentía una presencia en ese lugar. Vio a lo lejos una sombra mirarlo. Fijo la vista y reconoció esa figura. Era ella, la había encontrado. El caballero no dudo y se echo a correr hacia donde ella estaba, para su asombro ella dio media vuelta y echo a correr también, pero, en dirección contraria a él.-¿ Porque? ¿Acaso no me amas más?-  Pregunto el caballero. - No es eso, los miedos que un día tuve, cuando nos conocimos, el miedo que tenias vos al enfrentarte a dragones, al enfrentarnos a dragones, hoy me supera y me impulsa a correr en dirección contraria a ti. Sé que me amas y también se que correrás tras de mí. También se que me alcanzaras, me alcanzaras porque me amas, y eso te impulsara a correr.- Dijo con voz dulce.- ¿Para qué, con qué motivo?- La voz del caballero se entrecortaba por la angustia que le generaba esta reacción.- Porque un día fuiste tú el que huiste de la pelea, el que me abandono, por más que seguiste peleando contra los dragones, no fuiste lo suficientemente fuerte para enfrentarlos, ¿qué hace que hoy si lo estés? Como me lo demuestras? Corre, yo sé que me alcanzaras, que estás preparado, pero tienes que demostrarlo, jamás te deje de amar y jamás te dejare de amar, y sé que tu tampoco... Es hora de correr tras el amor de tu vida, estás preparado?- El hada desapareció, corriendo entre los árboles. El caballero no lo dudo ni un segundo, miro hacia atrás y vio dos sombras mirándolo, no le importo y se echo a correr, tras su amor, el también sabía que estaba preparado y se echo a correr.
El viejo miro hacia abajo y sonrió. - Viejo amigo, lo logramos, por más que la brusquedad de su ser interior tardara o no, míralo, se echo a correr sin importarle cuan tan rápido ella corra en dirección contraria.- El viejo sonreía mientras pronunciaba estas palabras y a lo que el conejo contesto.- Si amigo, lo logramos, lo logro, busco su ser interior, la busco a ella, ahora es hora de dejarlo correr y ver si la alcanza, sigo teniendo las esperanzas que ella lo vea como es ahora y se de media vuelta y corra a sus brazos, mientras tanto, lo veremos correr detrás de ella porque ahora si. está convencido que esta pelea la gana y que es más fuerte que nunca.

martes, 19 de enero de 2010

no creo que sea tarde



La barca siguió por la corriente del rio. varios fueron los días siguientes, meses. El herrero se había ido a pescar a la orilla del rio cuando vio la embarcación a lo lejos. Una vez al alcance de ella, la saco del agua, se sentó en una roca y la observo atónito, era verdad. La espada había cedido y el caballero mostraba las lesiones de aquella batalla. El herrero, humano, pero descendiente de elfos observo el bote y vio un pimpollo de frecias dentro de la embarcación. Luego de un tiempo de pensar y pensar noto que el sol se oscurecía, un eclipse daba la señal, él era el indicado. Largas horas tardo pero un arduo trabajo y la sangre alquimista lograron darle vida nuevamente. La espada estaba nuevamente un pedazo y el pimpollo tallado en el acero hacían de esta una espada inmaculada, única. Al terminar el herrero salió de su taller y para su sorpresa la noche le regalaba por doquier auroras boreales. Corrió al rio, al ver lo que le esperaba su asombro creció, ahí solo descansaban la barca y la armadura, vacía, sin rastros del cuerpo, corrió nuevamente hacia su taller y se encontró con un ser de espaldas, lo que más le llamo la atención fue la gran marca que llevaba en la espalda, un fénix resurgiendo de entre las llamas. El herrero atónito vio como el hombre se daba vuelta y lo miraba a los ojos, sus ojos eran castaños y con la marca inconfundible, el espiral verde azulado. - Tú la has vuelto a fundir?- fueron palabras de otro mundo las que llegaron a oídos del herrero. - Si mi rey- contesto el herrero - pero no creo poder reparar su armadura- el caballero sonrió torpemente, como si no recordara como sonreír- no hace falta mi amigo, ya no soy rey, un rey se es cuando se está con una reina, y en cuanto a la armadura, ya no la necesito, al tenerla me ayudaba para luchar con dragones, pero me quitaba agilidad y sin darme cuenta me alejaba de ella y de mis seres queridos. Quédatela, fúndela y vende el materia, seguramente podrás mejorar tu taller y  comprarte una casa nueva...- el caballero dejo de hablar al ver los ojos del herrero. -De nada sirve todo eso, mi mujer murió hace años por una enfermedad y nada podrá hacer que la recupere, tú que puedes, ve, quizás estés a tiempo de recuperarla-

jueves, 7 de enero de 2010

Todo se puede


-Algún día seré un caballero del rey -dice el niño rubio, mientras observa un desfile militar.
-¡Ja, ja, ja! ¿Un caballero? ¡El hijo de un techador quiere ser un caballero! -se burla un vecino algo viejo y caballerosmolesto por los sueños de un niño demasiado ambicioso- sería más fácil cambiar las estrellas, antes que seas un caballero.
El niño siente la daga del sentido común que lo atraviesa. La lógica dice que él no tiene sangre de nobleza, ya lo dijo el vecino: Es el hijo de un techador, apenas un reparador de goteras.
Sin embargo tiene una esperanza, débil, pero esperanza al fin. Es el boxeador que perdió en cada asalto, pero se juega un round más. Es el corredor que se dobla el tobillo faltando cincuenta metros para la meta, pero se reincorpora otra vez.
-¿Podré algún día cambiar las estrellas? -pregunta a su padre.
-Siempre que quieras, podrás cambiar tu estrella -responde el sabio techador.