domingo, 31 de enero de 2010

El mensaje


Pasaban las horas y el caballero no encontraba un rastro seguro. Desidia dejar de mirar y se dejo llevar por un camino. Pasaron varias horas cuando había llegado a un claro. Era inexplicable lo que estaba viendo, el claro estaba completamente lleno de pétalos de fresias, había signos de una evidente lucha, dio varios pasos hacia el centro del claro y se sentó, no esperaba lo que estaba por pasar. Se mantuvo un rato en silencio cuñado escucho chillar unas ramas a su derecha.  No mostro signos de miedo, esperando el momento justo para reaccionar sobre lo que se acercaba. Para su asombro de entre la maleza salió el conejo, estaba herido pero seguía tan vivo como siempre. No dudo ni un segundo y salió corriendo a recibirlo y a atenderlo. - ¿Que te a pasado?- Con miedo preguntaba el caballero al conejo. - Recuerda, solo recuerda mis palabras cuando por primera vez te dije quien era yo, recuerda que tu también estas herido, pero como tú, estoy herido pero mis ganas y mi corazón me empujan a seguir- El caballero recordó y pesadamente agacho la cabeza y se lamento ver a su amigo en ese estado, sabía que el también estaba así, pero no lo quería demostrar.- No te preocupes amigo, no estoy herido de muerte, es una herida que nos acompañara por el resto de nuestras vidas, pero los dos sabemos que puedes vivir con ella y que de algún modo tenemos las fuerzas para reponernos y como ahora, tener las fuerzas para seguir luchando- Le dijo el conejo simplemente con tono de seguridad. Al rato de estas charlando sobre las cosas que le estaban sucediendo tratando de volver a conquistar al hada, dándole, costosamente, el tiempo para que piense sobre sus sentimientos.
La charla se vio interrumpida por un estruendo a las espaldas de los dos. Al darse vuelta vieron a un viejo tirado en el piso boca abajo. Corrieron hacia el al darse cuenta que era el viejo. Lo ayudaron a levantarse y no dio tiempo al lado cuando algo así como palabras salieron de la boca del viejo. -Viene hacia aquí- Al escuchar eso el caballero sintió que su corazón salía de su cuerpo, que la panza se llenaba de mariposas, pero no duro mucho tiempo cuando siguió escuchando lo que decía. - No me mires así, no es ella, es un mensaje de alguien cercano a ella- Paso un rato cuando quedaron callados y apareció. Era un ser de una estatura mediana, podríamos decir que quizás era un elfo, ser que era encargado muchas veces de enviar mensajes importantes, pero no lo era. No se dejaba ver el rostro ya que tenía una túnica que lo recubría por completo. Apareció por el lugar menos esperado y se acerco suavemente al oído del caballero. - No sé qué paso, pero sé que ella aún te ama, no bajes los brazos, no hasta que no tengas más oportunidades y siempre que exista el amor entre ustedes dos va a existir una oportunidad.- Termino de decir eso y como por arte de magia se desvaneció... El caballero quedo atónito por creer reconocer esa voz, esa voz que jamás pensó que diría eso... Y se echo a correr por donde creía que se había ido el hada.