lunes, 9 de noviembre de 2009

Y de repente... Se esfumo


Hace un tiempo atrás un caballero, teniendo todas las ganas de luchar contra dragones, se enfrente a uno de los mas grandes. En su lucha tubo miedo, se vio abatido varias veces, pero a el sin importarle seguía, estocada tras estocada, luchando contra la bestia. Un día se acerco un caballero, el cual lucia una armadura completamente recubierta de oro y pequeñas incrustaciones de gemas. El recién llegado se unió a nuestro hombre para luchar contra la bestia, sin decir una palabra. Por momentos el nuevo caballero parecía dudar de si seguir luchando junto a nuestro caballero, que no paraba un segundo en atacar y defenderse del dragón.
Un día, antes de una de las batallas, nuestro hombre, decidió hablar con el amable caballero que había decidido unirse a él para la lucha. –¿Porque me ayudas?- Pregunto. --Tengo mis propias razones-, contesto una voz impuesta desde el fondo de la armadura dorada. -¿Podrías sacarte el casco de la armadura para poder verlo mi amigo?-, decidido, le dijo nuestro caballero. Se hicieron unos minutos de silencio cortante. Y el casco dorado se desprendió de la armadura, unos cabellos negros como la noche sin luna, se desparramaron por la armadura y unos ojos marrones como el café, se posaron sobre el caballero… -¿Tú?- Asombrado, el caballero dejo caer su taza del esayuno, y le comenzaron a temblar las piernas. Tenia al amor de su vida frente a sus ojos, esa mujer por la cual el luchaba contra tantos dragones.- Si, al verte luchar contra los dragones aprendí mucho y me decidí a luchar junto a ti. Jamás pensé que seria tan difícil y muchas veces dude de seguir luchando, pero hoy estoy decidida a luchar junto a ti mi vida, juntos se que podemos luchar contra lo que separados jamás lograremos vencer- Dijo la mujer corriendo y abrazando fuertemente al caballero. – Pero tu sabes bien contra que lucho, son dragones de gran porte que surgieron del pasado y que están decididos a acabar con nuestro presente- Rezongó el caballero entre angustia, asombro y una necesidad de mostrarse fuerte.- Son mis dragones, surgieron de mi pasado y creo que si das la vida para luchar contra ellos, mereces que luchemos juntos- La mujer al ver la cara de su amado contesto.
Se hizo el momento en que el cielo se torno de un tono violacio y el aire se hizo cortante como el filo de una espada recién terminada. La hora había llegado, uno de los dragones se pozo sobre una ladera, donde podía ver a sus dos victimas, otro se quedo un poco mas lejos un poco cansado por las luchas anteriores, pero el fuego de la batalla aun ardía en su interior. Fue el momento en que el primer dragón voló sobre ellos y ataco directamente el corazón del caballero, había dado un golpe certero y mortal. La mujer al ver esto desesperada lucho contra el dragón, nadie sabe como y porque el caballero moribundo logro ponerse de pie y darle una estocada al dragón antes de que atacara a la hermosa mujer. El dragón chillo y se retiro, pero dejando una herida mortal al hombre y varias quemaduras, por el acido de su saliva, a la mujer. El aire cambio y una suave brisa corrió por el campo de batalla, lejos se veía al dragón moribundo irse y el acechante dragón todavía posado en la ladera. La pareja se unió en un fuerte abrazo y el hombre se puso de pie, la mujer lo ayudo a despojarse de su armadura y decididos a terminar con los dragones salieron corriendo para enfrentarse a la otra bestia. Duros momentos pasaron en las siguientes luchas, muchas veces la mujer dudo de salir corriendo pero el hombre estaba ahí para darle respiro a ella y seguir juntos en la lucha.
Las peleas duraron varios días y los dragones iban variando, un poco más grandes algunos y otros más chicos pero ninguno se comparaba al porte de los dos dragones que habían huido el primer día.
Un día ventoso y con mucho animo de soledad, se encontraron frente a frente al dragón, que alguna vez había sido herido por el caballero y el cual había lastimado a este con una herida mortal. El dragón comenzó a reír y a reír, los dos humanos se miraron asombrados y se largaron a atacarlo, el dragón sin pensarlo volvió a cometer el mismo acto, hirió de gravedad al caballero pero esta vez a la mujer le clavo la mirada y pronuncio unas palabras – ¿Hasta donde estas dispuesta a llegar por amor?- La mujer asombrada contesto –Mas lejos de lo que tu piensas- y se echo a correr contra el dragón. Este volvió a hablar haciendo que la mujer frenara su marcha.- ¿Estas segura de eso? Te vi muchas veces dudar de eso y mostrarte insegura, también lo vi a el, pero jamás dudo en luchar para ganarnos y así lograr que ustedes sean felices y disfrutar del futuro sin pensar en el pasado- La mujer bajo la cabeza, soslayo y dijo en vos baja- Yo a el lo amo pero últimamente ya no siento que me ame, esta siempre luchando y viendo de mejorar cosas, pero nos hemos olvidado del amor que algún día nos tuvimos- El hombre intento recomponerse y dijo, se que una vez te abandone, pero no me abandones, podemos mejorar, estos dragones con el tiempo morirán si no dejamos de alimentarlos, verdaderamente Te Amo y te lo demuestra haber llegado hasta acá- La mujer hizo un silencio y de repente el campo de batalle se helo, los dragones desaparecieron y se escucho un estruendo. La armadura dorada cayó al piso dejando caer y desparramando arena. El hombre estaba solo, los dragones y la mujer habían desaparecido. En algún momento la mujer decidió abandonarlo y dejar todo atrás, llevándose consigo sus dragones y algo mas,….El corazón del caballero.